En el cierre del ICCA Latin America & Caribbean Summit 2025, Medellín fue escenario de una conferencia magistral dictada por Óscar Cerezales, Chief Strategy Officer de MCI Group, quien invitó a reflexionar sobre el papel estratégico de los eventos en la transformación de las ciudades.
Con un tono cercano y dinámico, Cerezales destacó que su charla no pretendía ser un monólogo, sino un diálogo colectivo con los líderes de la industria presentes: representantes de destinos, centros de convenciones, agencias y asociaciones internacionales. “Queremos usar y abusar de vuestro cerebro”, señaló, al abrir un espacio participativo que combinó datos, análisis prospectivos y ejercicios de reflexión.
Una mirada hacia 2030
Cerezales introdujo una premisa 2030: los eventos deben convertirse en un canal estratégico de desarrollo económico y transformación social, posicionando a las ciudades como verdaderos hubs globales.
Aunque Medellín aparece en el puesto 73 del ranking ICCA, el orador subrayó que este dato cobra más valor cuando se analiza en contexto: infraestructura hotelera, conectividad aérea, capital humano, ecosistemas tecnológicos y clústeres estratégicos como energía, salud, moda, construcción y digital. “Que Medellín esté en el top 10 de hubs tecnológicos dice mucho, pero aún hay retos. El desarrollo urbano y social es igual de importante que la innovación tecnológica”, puntualizó.

Escenarios de futuro y realidades del mercado
Uno de los puntos más relevantes de su conferencia fue la realidad de los congresos internacionales: el 80% de los eventos tienen entre 200 y 300 participantes, no 10.000. Según Cerezales, esta es una verdad incómoda que debería guiar la planificación de infraestructuras y estrategias de captación.
“Más que atraer congresos, lo que se busca es atraer inversión. Los eventos generan empleo, impuestos, conocimiento y transformación social”, afirmó.
El orador también insistió en que no todos los indicadores tienen el mismo peso: la ciencia, el capital humano o la sostenibilidad pueden ser más determinantes que otros factores dependiendo del tipo de evento. Por ello, defendió la necesidad de una metodología de análisis ponderada, con datos auditados y externos, que permita a cada ciudad diseñar estrategias más precisas.

Medellín frente a los grandes hubs
Al comparar a Medellín con destinos globales como Singapur, París o Chicago, Cerezales resaltó que la brecha es evidente, pero también lo es la oportunidad: “Lo bueno es que tenemos capacidad de crecimiento. La clave está en identificar dónde mejorar primero, porque no se puede avanzar en todo a la vez”.
En este sentido, destacó el balance de Medellín en varios de los ejes evaluados, lo que le permite proyectarse con una estrategia de crecimiento equilibrada en innovación, sostenibilidad y talento humano.
Conclusión: estrategia y legado
El mensaje final de Óscar Cerezales fue claro: los eventos no deben medirse únicamente en número de participantes o posición en un ranking, sino en su capacidad de transformar sociedades y construir ciudades más globales, inclusivas y competitivas.
Su intervención dejó a Medellín y a los asistentes de toda la región una hoja de ruta: diseñar estrategias con datos, priorizar lo relevante y entender que cada evento es una oportunidad de legado y desarrollo sostenible.
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