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Dentro de breves días, la República de Panamá se enfrentará al reto más grande de toda su historia como destino internacional de eventos: la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), del 22 al 27 de enero.
La llegada del papa Francisco y de cientos de miles de jóvenes peregrinos de todo el mundo ha propiciado un colosal esfuerzo conjunto entre el gobierno, la iglesia católica, la empresa privada y la población en general, cuyos hogares albergarán parte de los 250,000 visitantes especiales del evento.
Dos gigantescas tarimas –las más grandes que se hayan construido en suelo istmeño— fueron erigidas sobre la Cinta Costera (sobre la bahía de Panamá, en el centro de la capital), y en los terrenos de Metro Park, en el corregimiento de Juan Díaz, a unos 10 km al este de ciudad de Panamá.
Según Maribel Gamallo, representante del Consorcio JMJ, encargado de la construcción de ambas obras, las estructuras se encuentran en su fase final. “Unas 300 personas trabajan actualmente en el proyecto, cifra que, en los días previos al inicio del evento, se elevará a unas 800 personas”. La tarima de Metro Park, según cálculos, medirá aproximadamente tres veces el tamaño del estadio Rommel Fernández (cuya cancha mide 105m x 68m). Es ahí donde se realizará la vigilia y despedida del evento.
La tarima de la Cinta Costera, por su parte, mide el equivalente al diamante del estadio Rod Carew. Si bien se encuentra en el sitio abierto más propicio para un evento de tal envergadura en el centro de la ciudad, los arquitectos e ingenieros del proyecto tuvieron, como reto principal, vencer algunos obstáculos del paisaje urbano de la zona. “Tuvimos la necesidad de subir el nivel del punto donde se encontrará el papa debido a la presencia de muchos árboles, torres y viaductos elevados en la zona, lo cual dificulta mucho el campo visual. A fin de alcanzar un balance y evitar que la tarima se convirtiese en un muro alto, nos decidimos por un diseño escalonado, a manera de niveles”, explicó el arquitecto Jorge Díaz, quien está a cargo de ambas obras.
El colosal proyecto es un sistema de estructuras de 2.3 kilómetros de extensión, y que incluye, entre otras cosas, la tarima del coro (300 voces), la tarima de la prensa, y 22 torres para la colocación de pantallas gigantes y altavoces, los cuales facilitarán a aproximadamente 450,000 personas apreciar las actividades sin inconvenientes.
Un total de 34 centros educativos han sido aprobados como albergues para los peregrinos, quienes también serán recibidos en cientos de hogares de todo el país.
En cuanto a la logística, el gobierno nacional abrirá parcialmente la Línea 2 del Metro de Panamá durante los días del evento.
Se calcula que la derrama económica de la Jornada Mundial de la Juventud llegue a los 250 millones de dólares, propiciando la creación de miles de empleos directos e indirectos, según el Comité Organizador Local (COL).
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